-A veces Dios se lleva a los que tenemos más cerca, a los que más queremos. Eso le gusta. Él es un Dios vengativo, está enfurecido y colérico por algo que los humanos hicimos ya hace miles y miles de años. No puede olvidarlo y le da igual llevarse a niños que a perritos, no le importa a quién llevarse con tal de vernos sufrir, ¿no lo puedes entender?
-¿Y por qué nos da algo y luego nos lo quita?
-Bueno, piensa y lo entenderás. Si quieres hacer llorar a un bebé primero dale un caramelo y luego quítaselo. Si ese bebé nunca hubiera tenido un caramelo no tendría por qué llorar. Así es Dios, Stan, nos da la vida, el amor, la verdura..., todo lo bueno para poder quitárnoslo luego y así beber el dulce elixir de nuestras lágrimas. Esas lágrimas son las que le dan el inmenso poder que tiene, Stan. Así es Dios.
domingo, 21 de septiembre de 2008
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